jueves, 6 de abril de 2017

Parte del primer capitulo del segundo libro: EL LABERINTO DEL TIEMPO.







































SEBASTIÁN DE LA TORRE
EL LABERINTO DEL TIEMPO














AGRADECIMIENTOS


A mi editor Ricardo Llopesa, por darme todo su apoyo y confiar en mi proyecto.
A José Carlos Morenilla, por creer en mí y darme sus sabios consejos, pues fue el mismo el que me
recomendó que escribiese una segunda parte.
A Mi hermano Ricardo de la Torre, por sus ánimos y su acertado punto de vista.
A Rosario Aparisi Bolós por sus recomendaciones y consejos.
A Javi Arenas por todo su apoyo.
Y a una mujer muy importante en mi vida: Eva Pilar Sender Duart, por ser la primera en leer mí
libro y por ofrecerme todos sus ánimos y darme confianza.
Y a todos mis seguidores que me rogaron que continuase con una segunda parte y a los que se
iniciaran en la lectura

GRACIAS…






SEBASTIÁN DE LA TORRE




EL LABERINTO DEL TIEMPO


























INSTITUTO DE ESTUDIOS MODERNISTAS
Creación de la portada: Manuel Cabanes.




La reproducción total o parcial de este libro, no autorizado por la editorial, vulnera derechos reservados. Cualquier utilización debe ser previamente concertada.




©  Sebastián de la Torre Bados
Editorial Instituto de Estudios Modernistas
Avda. Pérez Galdós, 118,    46008 Valencia
edinesmo@yahoo.com




Imprime: Podiprint





ISBN: 978-84-96624-92-4
Depósito Legal: V-3120-2016







Sebastián de la Torre Bados
blog: sebastiandelatorrebados.blogspot.com


PRÓLOGO


Ernesto, nuestro protagonista perteneciente al siglo XXI, viajó accidentalmente al futuro de nuestra humanidad, aproximadamente unos tres mil años. La humanidad durante dos centenares de años padeció y sobrevivió a los siguientes desastres: La III y IV Guerra Mundial, el cambio climático: que se anticipó mil años por culpa de la mano del hombre. Fue duramente castigada por unas tormentas solares destructivas las cuales produjeron el caos, el vandalismo y el pillaje, es decir una rebelión civil. El planeta, en apenas unos cien años fue duramente castigado. Una increíble sin cronicidad de desastres parecía hacer meya en destruir a toda la humanidad. Y para corroborar esta serie de acontecimientos, se remató con la caída de un asteroide cuyo poder destructivo aniquiló a un tercio de la población mundial. Para finalmente ser casi exterminada por un poderoso virus. La propia naturaleza del planeta, los cambios climáticos cíclicos y los accidentes venidos del cosmos aceleraron la casi aniquilación total.
La raza humana, reducida a unos pocos millones de individuos y al estado más deplorable, solamente se preocupó durante cierto tiempo por el exclusivo cuidado de su propia preservación, perdiendo en su totalidad el recuerdo de las ciencias y de las artes. Y cuando el progreso de la civilización hizo sentir de nuevo estas urgencias, fue necesario comenzar otra vez, como si el hombre hubiera sido recién colocado en la tierra.
Al cabo de milenios la humanidad fue repoblándose hasta crear un nuevo mundo, una nueva civilización, donde el hombre y su genética evolucionaron en positivo. Dejaron de existir: las guerras por la codicia del hombre, el odio, egoísmo, la envidia, el materialismo y la sociedad de consumo. Este nuevo mundo se denominó: “Nhartep” y su lenguaje universal el “arkeep.”
Sin embargo algo más sobrevivió al Gran Holocausto Mundial. Un vestigio creado por el mal del hombre que perduraría siglos después, creando y produciendo muchas desgracias allá por donde surgiese. Algo tan hermoso y terrorífico al mismo tiempo, un “Sharker.”
Ernesto, accidentalmente se vio transportado al futuro. Y por una causalidad relacionada con el Sharker, finalmente fue transportado a Nhartep. Gracias a Shieska, y gracias a su status alto, lo pudo proteger enseñándolo a adaptarse a este nuevo mundo bajo un nuevo nombre, Renstor. Inesperadamente son absorbidos por el Sharker junto a sus dos caballos denominados “thorkins” y también a sus dos amigos y pareja: Rinha y Yousho; acompañados también por un perrito llamado Choni. Todos juntos fueron transportados al pasado; un punto en el tiempo coincidiendo con unos cien años después del holocausto acaecido por una guerra bacteriológica. Imprevisiblemente el virus a bajas temperaturas no fue capaz de sobrevivir, por lo cual muchos habitantes que se encontraban en los lugares adecuados y protegidos lograron subsistir. Entre los cuales estaban: los pueblos asentados a más de 2000 metros de altitud, los situados al norte y en los polos, sumados a los que se protegieron en los respectivos bunker fueron capaces de perdurar. Ningún virus podría exterminar a toda la población humana. Siempre habría un 1% de individuos que, por unas circunstancias u otras se salvarían (un 1% de supervivencia de una pandemia especialmente virulenta supondría setenta millones de personas. Suficientes como para impedir que la especie humana llegara extinguirse. Suficientes como para recuperarla en unos pocos miles de años).
Shieska, Renstor, Rinha y Yousho con sus viajes astrales y su percepción extrasensorial fueron capaces de captar, detectar y descubrir estos nuevos supervivientes; siendo la interpretadora Shieska, por su gran capacidad para introducirse en la mente de las personas (ya sea el idioma que emplease) y ser capaz de descifrar los impulsos eléctricos que se envían al cerebro para su interpretación y traducción.
Cada comunidad fue adaptándose a las condiciones del lugar que ocupaban, y alimentarse de las riquezas de la propia naturaleza donde habitaban. Pero también es verdad que había disputas por controlar los pocos pozos de antiguas gasolineras para llenar los escasos vehículos que funcionaban con combustible. Los demás vehículos electrónicos, fueron inutilizados por la gran potencia de una tormenta solar. Nuestros protagonistas iniciaron una comunidad a la cual denominaron “Rochooas.” Comenzaron fabricando unas chozas junto al río, el cual les surtiría de alimento al igual que el bosque cercano. En las inmediaciones encontraron cabras, gracias a las mismas consiguieron abastecer de leche a los bebes, puesto que ellos eran su prioridad y por supuesto, el futuro. La supervivencia estaba al alcance de sus manos.

EL AUTOR







CAPITULO 1

Evita, por encima de cualquier circunstancia, la tristeza; Evita que tu alegría no sea por encima del fruto de las circunstancias favorables, sino fruto de ti mismo.
PERIANDRO DE CORINTO (1856–1951)

Shieska se encontraba sumida en pensamientos totalmente contradictorios...
            ¿Por qué tengo esta sensación tan rara? Estamos a salvo, hemos sobrevivido todos y nos encontramos perfectamente, debería de estar contenta... Pero no lo estoy. ¡Gran Rossthar! ¿Por qué nos has enviado a este lugar? ¿Es tu voluntad que nos quedemos aquí para siempre? ¿Tenemos una misión que cumplir? Necesito que me ilumines con alguna respuesta. ¡Necesito saber! ¿Sería posible viajar y regresar a mi línea temporal para ver a mi familia y amigos?
            Concentrándose, levitó su energía consciente hacia el infinito. Se mantuvo quieta para conectar con “el todo.” No supo interpretar cuanto tiempo pasaría en ese estado de gran bienestar y relajación. Pues en esa fase, el tiempo no cuenta. Pero lo notó, algo tan hermoso y poderoso al mismo tiempo la envolvió. Y todo su ser se estremeció. Ahora parecía tener un sentido. Ya sabía por qué había sucedido lo inevitable y lo más importante, su misión en esta línea temporal. Regresó con otro estado de ánimo y plena de energía.
            Shieska caminaba pensando en su chico, cuando escuchó y sintió la presencia de un animal, ¡un lobo! Dentro del reino animal, el lobo es de los más telepáticos y curiosos. Entre ellos y Shieska siempre había existido una conexión especial. Y desde su primer encuentro (hacía ya unas semanas), con una jauría de lobos cercana; pero impactante y especial fue su contacto con un gran lobo macho; para ella, fue una experiencia inolvidable y ahora lo recordaba con una sonrisa en sus labios.
Apareció de entre las malezas con un leve quejido entre lastimero y cariñoso. Se alegraba a su manera de verla y era su peculiar saludo. Ella lo había bautizado como Krhom (Es un gran lobo de unos dos metros y con un largo pelo blanco en su mayoría, con combinaciones de oro, marrón y rojizo. Mostraba unos colmillos enormes de unos seis centímetros de largo) Se habían cogido mucho cariño y realmente el animal necesitaba estar en contacto con ella de vez en cuando, con el inconveniente y rechazo del resto de la manada, que por lo visto les molestaba ese contacto tan repetido y cercano. La mayoría de los días, Krhom le hacía alguna visita donde se acariciaban y se transmitían sentimientos. Shieska descubrió que existe un fuerte vínculo entre los lobos de la misma jauría; podría decirse de forma literal que unos habitaban las mentes de otros. Lo que veía uno, lo veían todos; lo que sentía uno, lo sentían también los demás. Le asombró enormemente a Shieska la capacidad de seguir los caminos por vía telúricas y lugares de poder, donde desde la antigüedad, habían marcados con símbolos, grabados antiguos rupestres o habían hecho construcciones para algún tipo de culto. Pero había un detalle en ellos que le impactaba más todavía. Los lobos normalmente marcan sus territorios que pueden ser entre los ciento cincuenta y los trescientos kilómetros cuadrados. Pero jamás marcaban esos lugares de poder y menos las vías telúricas. Es el único animal mamífero que es capaz de ver perfectamente en la oscuridad total. Por todo esto y más cosas sentía fascinación por este animal. Shieska caminaba junto al río acompañado por su fiel amigo, había recogido un poco de agua para ofrecérselo a su alma más querida; iba pensando en él precisamente, cuando llegaba al campamento de supervivientes. Divisó a Renstor enseguida, él estaba ayudando en la construcción de un tharim “casa.” Levantó la vista y vio que se acercaba Shieska portando una netquin*. Las siluetas de ella y el lobo se iluminaban ante un sol que resurgía de una nube en un claro del cielo. Su corazón se aceleraba, llevaba varias horas sin verla y ya la echaba de menos. Se decía así mismo que como era posible quererla tanto. Le gustaba todo de ella: Su tez muy morena, de cara fina y alargada, los pómulos ligeramente marcados, las orejas suavemente puntiagudas, sus labios carnosos, con unos ojos grandes, azules y extrañamente brillantes. Era hermosa. El no tener ningún cabello, hacía que resultase con una belleza insólita. Vestía con un pantalón y una especie de chaqueta negra de piel curtida, con un correaje que le cruzaba por el pecho. De su cuello, colgaban dos collares con cuentas de colores variados. Sus sandalias atadas hasta los tobillos eran de piel con unas cuentas de color blanco. Su carácter es de lo que más le encanta: alegre, soñadora, rebelde y muy apasionada.
Renstor –comenta Shieska mientras le ofrecía de beber–. He pensado en viajar astralmente a mi línea temporal* y visitar a mi familia, hace tiempo que no sé nada de ellos y me gustaría saber cómo se encuentran.
Lo que quieras, ya sabes que siempre te apoyo, pero… –dudó unos segundos mientras acariciaba el lomo del lobo, no sin un poco de reparo. Puesto que la mirada que le daba el animal le infundía respeto–, Siempre me has dicho que no hay riesgo, pero sin embargo nunca me llevas contigo. ¿Realmente no es peligroso para ti?
No cariño –lo tranquilizaba–, es algo muy habitual que he hecho en mi vida. No me pasará nada malo. No hay motivo para que te alarmes.
En ese caso te podré acompañar ¿verdad?          preguntó risueño.
—Sera mejor que no –replicó con una leve tristeza en su tono de voz–, tú todavía no estás preparado. Cuando llegue el momento me acompañarás, te lo prometo. Ahora mismo te necesitan aquí, tu labor es muy importante.
Está bien cariño. Te haré caso. Sin embargo me tienes que enseñar a practicar este tipo de viajes ¿de acuerdo?
Me parece bien   –contestó con una sonrisa y un beso en la boca.
—¿Sabes? –preguntaba Renstor mirando al cielo–. Recuerdo cuando estábamos en tu línea temporal y me contabas tantas cosas que iba a experimentar y ver… entre algunas, por ejemplo, cuando me explicabas lo de las pirámides y que se encontraban con su piramidón de oro repartidas por todo el planeta. Recuerdo que me decías que me las mostrarías. Y ahora eso no va a poder ser          –terminó con tristeza.
¡Claro que lo podrás observar! ¡Te lo garantizo! Pero antes... –quedándose durante unos segundo callada como recordando algo–. ...Vas a ver algo maravilloso.
¿El qué? –preguntó con curiosidad y emocionado.
Antes te contaré la historia de lo que vas a contemplar en muy poco tiempo. Necesito explicártelo para que lo puedas entender.
Pues comienza ya que me tienes intrigado.
La historia comienza en el siglo XX. En el condado de Elvert en Georgia. Allí apareció un hombre llamado Shiomm que no pertenece a nuestro planeta y descubrí después de indagar mucho, que perteneció al sistema solar KAA–2000, exactamente al planeta Xhelom. Es un planeta muy curioso puesto que su nivel de evolución está situado entre los más elevados del Universo entero. Y se dedican a ayudar a los planetas con complicaciones.
Nuestro planeta en ese siglo había tenido muchos progresos a nivel tecnológico, en medicina, liberación de la mujer, etc. Pero también estaba pasando por muchos problemas o crisis, como por ejemplo: despotismos humanos en forma de regímenes totalitarios, que causaron efectos tales como las Guerras Mundiales, el genocidio y el etnocidio, las políticas de exclusión social y la generalización del desempleo y de la pobreza. Como consecuencia, se profundizaron las desigualdades en cuanto al desarrollo social, económico y tecnológico y en cuanto a la desigual distribución de la riqueza entre los países, provocó las grandes diferencias en la calidad de vida de los habitantes de las distintas regiones del mundo. Pero al hombre no le bastaba con tanto desorden que decidió experimentar con la energía nuclear. Algo había que hacer o el mundo entero se vería abocado a su propia autodestrucción en cuestión de dos siglos más. Así que vino un mensajero a ese lugar perfectamente camuflado con las vestimentas de la época y bajo un nombre falso compró el terreno por una enorme cantidad de dinero para después comprar una cantera entera y contratar a bastantes trabajadores para que construyeran un monumento para la humanidad compuesto por 10 losetas de granito de seis metros de altura que pesan más de 100 toneladas en total. Y fueron colocadas estratégicamente coincidiendo con parámetros astronómicos.
Me suena un montón lo que me estás contando, conozco este monumento pero nunca he tenido la oportunidad de viajar y visitarlo. Pero no tenía ni idea que hubiese sido construido por un personaje de otro mundo. De todos modos me interesa, continúa con la explicación.
El mensaje consiste en un conjunto de diez directrices o principios. Está escrito en ocho idiomas diferentes, y son: el inglés, español, swahili, hindi, hebreo, árabe, chino antiguo y ruso. Y en mi línea temporal nosotros añadimos en un lateral el lenguaje Arkeep. El mensaje, traducido del inglés, dice así: Primero: Mantener la humanidad en perpetuo equilibrio con la naturaleza. Segundo: guiar sabiamente la reproducción, mejorando la condición física y la diversidad. Tres: Unir la humanidad con un nuevo lenguaje viviente. Que a fin de cuentas costó bastante que toda la humanidad se pusiera de acuerdo. Y al final fue...
El arkeep –interrumpió sonriente Renstor.
Exacto. Continúo... Cuatro: gobernar la pasión, la fe, la tradición y todas las cosas con una templada razón. Cinco: proteger a las personas y a las naciones con leyes justas y tribunales imparciales. Seis: permitir que todas las naciones gobiernen internamente resolviendo sus disputas externas en una corte mundial. Siete: evitar las leyes mezquinas y los políticos y cargos gubernamentales inútiles. Ocho: equilibrar los derechos personales con las obligaciones sociales. Nueve: premiar la verdad, la belleza y el amor, buscando la armonía con el infinito. Y por último el diez: no ser un cáncer para la tierra. Dejar espacio para la naturaleza.
—Son mensajes muy coherentes la verdad. ¿Sabes lo que más me maravilla de ti?
¿El qué? –preguntó sonriendo, puesto que ya sabía la pregunta.
Tu sabiduría, tus conocimientos y tu memoria. Son infinidad de datos, millones. ¿Cómo es posible que tengas tantos conocimientos de la historia y tantos detalles de nuestro planeta? ¿Cómo es posible que puedas mantener tanta capacidad de información?
—Son dos preguntas en una. Te contestaré primero a la última: Tener tanta capacidad de memoria es con mucho entrenamiento. Nuestra capacidad de memorización es infinita. Nuestro cerebro es como una gigantesca computadora, sabiéndola utilizar puedes lograr cosas increíbles. Y en referencia a la primera pregunta: En una ocasión ya te lo dije que me interesaba mucho la historia de nuestro mundo. Y durante muchos beneris*, desde que tenía dos, he leído cantidad de libros sobre la historia de nuestro planeta. Entre el gran libro de la vida y los viajes astrales me instruí durante seis beneris, imagínate la información que he podido memorizar en mi cerebro, ya sea entre la de nuestro planeta, como la de otros similares.
—Sí, son muchos años y además, con tu memoria prodigiosa no olvidas ni un mínimo detalle.
Y ahora, creo que debería de iniciar el viaje. Me apetece mucho ver a mi familia, ¿te importa?
No, claro que no, cuando quieras. Te acompaño, yo seré tu perro guardián.
¡Pero qué tonto eres! –comentó mientras le daba un cariñoso cachete en la cabeza.
            Krhom, parecía que había entendido que Shieska se marchaba y que él tenía que irse también. Se despidió dándole un par de lametones en su mano alejándose con un trote firme y constante.
Shieska necesitaba explicar a su familia que se encontraban bien y que les echaba de menos. Llegaron a



su tharim para iniciar el viaje hacia el futuro con su energía vital conocida milenios atrás como astral**.
Ahora mi amor, necesito estar sola y procura que no me moleste nadie, ¿de acuerdo?
—¡Por supuesto! Sabes que eres una pesadita –se quejó con una sonrisa–, claro que sé que tienes que estar sola y que nadie tiene que interrumpirte.
Perdóname cariño, es que tienes razón, me preocupo demasiado –despidiéndose con un beso en los labios.
Y así fue, se quedó muy pendiente y de guardia fuera del tharim para que no sucediese nada malo al cuerpo de Shieska, puesto que se quedaba expuesto a que cualquier animal indeseado pudiese hacer algo malo. Shieska, ya en la intimidad de su tharim, se relaja y comienza a concentrarse...
Su primer pensamiento es el de viajar con su energía consciente por el tiempo. Se centró en Nhartep, con sus padres, con su hermano, y contempló mentalmente toda su casa. Un fogonazo y un sonido musical la envolvieron de inmediato. Infinidad de colores la rodearon.
            Después de un suave fogonazo de luz clara se dio cuenta con una sonrisa de nostalgia que se encontraba en su casa, situada justo en el centro de Monthar, ésta era exactamente igual a las demás; la distribución del interior era lo único que las diferenciaba entre sí: a más familia, más habitaciones. Shieska de inmediato recibió todos los bonitos recuerdos de cuando vivía con su padre Shotack, su madre Manhar y con su hermano menor Renstor.
            Su casa es pequeña pero muy acogedora. Nada más entrar por la puerta principal, se encuentra: a la izquierda, una cocina rústica de las que funcionan con leña y carbón, con dos parrillas a cada lado, y un pequeño horno en el centro en forma de bóveda, donde cuecen el araham*. A la derecha y en el centro, se encuentra un Amtreka**. Al fondo de la casa, atravesando un corto pasillo, hay cuatro tharims***. En la cocina se encuentra su padre cocinando unas criipshees****
            Es un hombre menudo de constitución delgada, destacando en su fisonomía unos llamativos ojos azul celeste. Viste con un poncho negro de seda fina y unas sandalias del mismo color. Lleva puesto un delantal muy gracioso de color morado con motas verdes. Le sorprendió lo envejecido que estaba.
Shieska apareció en el comedor…
Hola padre –mientras sus espíritu se condensaba formando una silueta visible al ojo–, “siento no poder probar ni oler tu exquisito guiso, lo echo de menos papá.”
¡Hija mía! ¡Gracias a Rossthar, no puedo creer lo que veo! ¿Realmente eres tú?
Sí padre soy yo. He viajado con mi energía consciente para poder veros.
¡Qué ganas tenía de saber de ti! –afirmó con un suspiro emocionado mientras dejaba inconscientemente caer al suelo el cazo que tenía en su mano–. ¿Cómo estáis? ¿Os encontráis bien? ¡Cuéntamelo todo por favor!
“Estamos muy bien. Os hecho tanto de menos.”
Lo sé mi princesa, nosotros también –sus ojos se humedecían–. Hija mía, cuéntame cosas sobre vosotros ¿Dónde os encontráis? Estoy deseando oírte.
“Lo sé papá, poco a poco te lo iré explicando.”
Shieska le puso al corriente de todos los detalles...
—Shieska, lamento muchísimo el decirte esto, y sobre todo porque el resto de la familia no han podido sentir tu presencia, deberías regresar, no debes retrasar tu regreso demasiado tiempo, puesto que un viaje astral tiene un tiempo limitado y puede ser peligroso.
“Pero es que tengo muchas ganas de ver a todos” –se lamentó.
Ya lo sé hija mía, te entiendo. Pero tranquila, ya regresarás en otro momento y podrás conversar con tu madre y tu hermano con más tranquilidad, ¿no te parece?
“Tienes razón padre. Os prometo que regresaré muy pronto.”
Cuídate mi amor y saluda a todos de nuestra parte. Os deseo lo mejor.
Shieska se despidió muy emocionada. Aunque sus lágrimas físicas no las poseía, podía sentir como caían por sus mejillas etéreas.
A su regreso, Renstor, al igual que su ángel protector estaba esperándola muy nervioso. Shieska abrió los ojos muy lentamente. Se incorporó de su camastro y asomándose por la puerta lo encontró sentado en el suelo. Se quedó en silencio contemplándolo con mucho amor… Renstor es alto, metro ochenta, esbelto y atlético; rasgos suaves con mandíbula ligeramente alargada y sus ojos, de verde claro que resplandecían con el sol. No lleva ningún tipo de pelo, puesto que le aplicaron una sustancia formada por un tipo de hongo para eliminarlo. En la cultura de Nhartep no acostumbran a llevarlo, puesto que lo suelen eliminar. Desde muy niños les extienden una sustancia por el cuerpo, formada por unos hongos microscópicos llamados chíris*.
Shieska le puso sus manos sobre los ojos y le dio un profundo beso. Recordaba por qué se quedó prendada de él: su carácter, simpatía, su atrevimiento, por ser muy trabajador, su peculiar educación, por ser muy ingenioso, extrovertido y un soñador. Eran facetas que se marcaron en el interior de su alma.
Después de este breve recuerdo se limitó a contarle con todo detalle el encuentro con su familia…
En una próxima visita a mi familia vendrás conmigo, ¿te parece? –preguntaba Shieska a Renstor mientras le daba un pequeño masaje en el cuello.
Me gustaría hacerlo, ¡claro que sí! Estaré preparado para el momento que tú me digas. Ahora tenemos que reunirnos con la comunidad, tenemos que ultimar los detalles del viaje para la búsqueda de supervivientes.
Me parece perfecto. Sabes que tiene que ser un pequeño grupo de elegidos ¿verdad?
Tranquila, más o menos ya tengo claro quiénes serán.
Nuestros amigos y los supervivientes criogenizados habían organizado una comunidad, los cuales y según iban pasando los años iban uniéndose con otros supervivientes de regiones cercanas. Al contactar con la primera comunidad cercana, lograron ponerse al corriente de la existencia de otros supervivientes repartidos por todo el planeta. Comprobando además, que estaban conectadas entre todos por radio frecuencias de onda corta. Esta comunidad fue aumentando hasta llegar a los mil ciento cuarenta individuos entre hombres, mujeres y niños. Su moneda de cambio es el trueque, ya sea con productos alimentarios como todo tipo de objetos que iban consiguiendo según sus habilidades.
Shieska, en uno de sus viajes astrales de reconocimiento y localización de grupos de supervivientes, contactó con una mujer llamada Catherine (la eligió a ella puesto que parecía ser la más receptiva mentalmente de todo el grupo). Después del primer susto del contacto pudo entablar una conversación fluida con ella. En esta comunicación averiguó quien era el líder y en qué estado se encuentra la comuna. También se logró enterar de algo grave que estaba sucediendo en estas últimas semanas: algún animal desconocido y además bastante agresivo y peligroso había acabado con la vida de un hombre de mediana edad y un chico adolescente. Por lo visto todos se encontraban muy preocupados, puesto que después de haber hecho una batida durante veinticuatro horas seguidas no encontraron ningún rastro de este peligroso animal. Las únicas huellas que encontraron cercanas a las victimas procedían de alguien humano y que debería de ser de gran tamaño. No encontraban ninguna explicación convincente a todo ello. Eran momentos bastante tensos para toda la comuna, por lo cual se decidió hacer guardias durante todas las noches para sentirse más seguros.
Robert y Christian eran los que habían llevado el control de la comuna desde el principio hasta convertirse en los guías. Habían transcurrido cinco años y habían logrado un poder indiscutible para los demás. El motivo por el cual se convirtieron en líderes Roberto y Christian, fue por su gran habilidad manipuladora, ser inteligentes y preparados para salir de las dificultades y entrenados en supervivencia. Lo poco que se sabe de Robert es: que fue militar y el único que posee armas y munición. Por sus antecedentes le apodaron “Militar”. Disponía de dos pistolas: una Glock 69 alemana y una Smith&Wesson XL–100, de 9 milímetros, ambas digitales y electrónicas con visor de láser y visión nocturna. Pero había algo en él que inquietaba a toda la comunidad, poseía un acento extraño, su físico era fuera de lo común y poseía una mirada inquietante, que con la cual si él lo deseaba producía nerviosismo y temor. Christian había sido un político corrupto cuyo hobby más importante, era hacer terapias de guerrillas en un club muy famoso de Los Ángeles. Que por el mismo motivo fue apodado, “Político.”
Manejaban un equipo de radio rudimentario que se pudo salvar del holocausto. A través de él se supo de las capacidades extraordinarias de Shieska y sus amigos. Las habilidades de Shieska era lo más comentado a lo largo del planeta. Ellos eran los que habían organizado las batidas en búsqueda de “la bestia asesina,” como la habían denominado. Cuando Catherine les informó del contacto que había tenido con Shieska, en una primera impresión pensaron que sería bueno para los negocios y adquirir poder sobre otras comunas; pero al mismo tiempo no les hizo mucha gracia puesto que esa mujer poseía unos poderes desconocidos para ellos y al mismo tiempo muy poderosos ¿poder mental de telepatía unido al de viajar con su espíritu a grandes distancias? ¡Es demasiado! No se lo terminaban de creer. Pero si realmente fuese así, era ¡demasiado poder! ¡Sería una amenaza para ellos! Por este motivo habían decido estar muy atentos y preparar un plan por si no fuese beneficioso el contacto con estos supervivientes.
En la comunidad Rochooas –así se denominaba la comunidad de nuestros amigos en arkeep–, cuya traducción sería esperanza, el nombre fue elegido por Shieska, pues pensó que era adecuado por el futuro de todos los que la habitaban. Se encontraban muy ocupados en los quehaceres de desarrollar y perfeccionar la comunidad. Algunas chicas querían intimidad y habían solicitado tener su propia choza, a las cuales las denominaban por sentirse más familiarizados con su anterior vida, casa. Y en ello estaban ocupando el tiempo en esos días…
Renstor, cabalgaba en unos de los dos únicos caballos de Nhartep. Justo cuando llegaba al campamento donde estaban terminando de ampliar dos casas, una chica se cruzó en su camino bruscamente sorprendiéndolo; y con un acto reflejo detuvo su caballo…
¡Ten más cuidado, podría haberte pisado con el caballo! –advirtió Renstor ligeramente molesto puesto que podría haberle producido algún tipo de daño.
Oh! Perdona no me había dado cuenta –era una superviviente de las que fueron criogenizadas. Carol de unos treinta años, con pelo rubio y largo, de tez blanca, ojos almendrados y azules. Lleva una peca graciosa en la mejilla derecha. Su característica más llamativa de su personalidad es el ser muy presumida. Su mejor arma, su belleza. Le habían puesto un apodo que le iba como un anillo al dedo, Presu-. Se le quedó mirando de una manera exageradamente embelesada. Sabía que él tenía pareja, sin embargo ella no podía dejar de sentirse atraída. Había que reconocer que Renstor tenía algo especial y ahora mismo se sentía impresionada al verlo subido en la montura de su caballo –pensó ella mientras su corazón palpitaba aceleradamente.
Creo recordar que esta casa es para ti ¿verdad?  –preguntó Renstor con una sonrisa.
—Sí. Y te doy las gracias por ayudar a terminarla tan rápido.
Tranquila, aún no se ha acabado, nos queda parte de la tarde para finalizarla.
Está quedando muy bien, me gusta.
Pues te dejo, no hay que perder más tiempo. Me gustaría que la estrenases hoy mismo.
¡Oh, vaya! –quejándose muy mimosa–. Me apetecería estar un ratito charlando contigo.
Lo siento, tendrá que ser en otro momento –se despidió educadamente.
Las casas que se están construyendo son al estilo de Nhartep: bajas y con forma redondeada, separadas unas de otras con unos ocho metros cuadrados a la redonda aproximadamente, espacio suficiente para no darse sombra ni molestarse unos a otros. Sus tejados son de color pizarra y con forma cónica, para favorecer las lluvias torrenciales. La ventana es amplia y alargada; a modo de cristal protector y con la peculiaridad de poder dejar entrar la luz, se habían utilizado grandes losas labradas de mineral de cuarzo. Shieska, Yousho y Rinha poseían la característica de poder localizar cualquier tipo de mineral por su emisión característica de energía.
Ahora toda la comuna se encontraba reunida alrededor de un fuego tenue con las brasas al mínimo. Acababan de cenar y se encontraban charlando, o más bien haciendo preguntas sin cesar a Shieska. Era el momento del día en el cual todos esperaban con ilusión...
¿Cuándo vas a comenzar a explicarnos como controlar nuestro cerebro? –preguntó Carol a modo de queja.
Debéis de saber que vuestro cerebro, forma parte de un cerebro primitivo. Aun siendo el que más años ha evolucionado. Todavía os quedan muchos para superar ese cerebro primitivo. Así que deberéis de tener un poco de paciencia, debe de ser poco a poco, primeramente tenemos que reeducar nuestro cerebro. El objetivo central no es otro que enseñar a rediseñar vuestro cerebro y entrenarlo para sacarle de sus cómodos automatismos de forma voluntaria y consciente, para que vaya creando nuevas secuencias de circuitos neuronales, renovados y hábitos ventajosos. De esta manera llegaréis a plantar las bases para controlar vuestro cerebro.
—¿Cómo sois capaces de curar? –preguntó una chica muy delgada y bajita con dos coletas a ambos lados de la cabeza.
Todos pensáis que lo hacemos con nuestro poder mental, pero la verdad es que no es así. Nosotros somos meros intermediarios. Quien realmente cura es la energía curativa del universo entero que nos rodea. Pero os advierto de algo muy importante: La energía no tiene signo positivo ni negativo, es como vosotros la empleéis, si es para el mal, puede hasta matar, pero eso sí esa mala energía acabará volviéndose contra ti. Por eso quedaos con este mensaje: siempre emplearla para el bien, los beneficios serán infinitos, si la empleáis para el mal, el daño será catastrófico.
Hola Shieska, me llamo Philip –era un Inglés extremadamente delgado pero con una peculiaridad, era muy aseado, siempre su aspecto era el de una persona limpia y cuidada–, Y ha llegado a mis oídos de que en la comunidad existe un grupo de gente que fueron salvados de una muerte segura al estar congelados. ¿Eso es cierto?
Hola Philip, sí que es cierto. Nuestros amigos fueron colocados en estado de crio conservación o sueño frio. Es según creo recordar una especie de vitrificación llamada crio protector, que con la cual suprime las cristalizaciones o forma de cristales en las células. Esto evita que no rompa el hielo la estructura de las células. Según creo tenían así a enfermos con: tumores malignos, es decir contaminados con enfermedades incurables. Y también había otro grupo que los tenían como experimentación pero en estado saludable. Que este es el caso de nuestros amigos los que hemos podido salvar milagrosamente.
—Shieska, ¿qué sucede con el alma mientras están congelados? –volvió a preguntar Philip.
Una muy buena pregunta. Vamos a empezar por lo más sencillo y básico. Somos físico, cuerpo; y somos alma, espíritu. El alma, que es etérea, no tiene materia, y necesita de ella, de lo concreto, para estar en la tierra y elige un vehículo para alojarse, el cuerpo. Ambos van juntos, sin embargo en algunos momentos, mientras el cuerpo descansa y se recupera, el alma sigue aprendiendo, viajando, comunicándose, y lo hace en el plano astral. El estado de crio conservación, vendría a ser muy parecido al viaje astral. Mientras el cuerpo está aletargado; el alma no está quieta. Puede ir adónde desee y relacionarse con quién quiera, vivir experiencias únicas y muy especiales.

Las preguntas se sucedieron a lo largo de dos horas y Shieska, no desfalleció en ningún momento y menos perdió un ápice de su emoción e interés por enseñar todos sus conocimientos a sus amigos de la comunidad.
Y ahora creo que ha llegado el momento de dejarlo para otro día –intervino Renstor levantándose y dirigiéndose a todos–. Se ha hecho tarde y creo que Shieska ya ha hablado bastante por hoy. ¿No crees?           –preguntó mirándola con una sonrisa, mientras la mayoría se lamentaba de que no continuase la charla. Todos, hombres, mujeres y niños se quedaban totalmente hipnotizados de las palabras de Shieska.
—Si tienes razón. Es importante que nos vayamos todos a descansar puesto que tenemos muchísimas cosas importantes que hacer. Y os recuerdo que pongáis en práctica ¡ya! todas mis enseñanzas –todos sonrieron y asintieron felices, puesto que habían sido testigos de unos conocimientos de un nivel envidiable para todos los demás supervivientes del planeta. Y todos se fueron comentando la charla a sus respectivos lugares de descanso.

A la mañana siguiente y cuando el sol saludaba asomándose por entre las montañas lejanas, Shieska se encontraba en un pequeño riachuelo cercano lavando unas prendas. De pronto sintió una desazón interior. Algo malo estaba ocurriendo a su familia, sabía que con sus intuiciones nunca se equivocaba. No se lo pensó dos veces y mentalmente avisó a Renstor de urgencia. Le explicó que necesitaba ir de nuevo a visitar a su familia, ocultándole su verdadera inquietud para no preocuparlo. Renstor la comprendió animándola a realizar el viaje en cuanto ella quisiera. Shieska no quiso demorar más su intranquilidad sugiriéndole hacerlo ya. Y bajo la protección de Renstor inició de inmediato otro viaje hacia el futuro…
Reapareció en su casa, allí no había nadie. Mentalmente contactó con sus padres, se encontraban en casa de Ainasha, toda su familia se había reunido allí y notó que se encontraban todos muy nerviosos y contrariados y ¡sorprendentemente muy envejecidos! Ella tenía ganas de saludar a toda su familia y amigos, pero se encontró en la peor circunstancia que ella se podía haber imaginado. Los saludos y las emociones se entremezclaban entre la alegría por volverse a encontrar y una terrible circunstancia...
Y ahora qué os he saludado a todos, ¿alguien me puede explicar qué ha sucedido? –mentalmente captaba muchos pensamientos entremezclados de preocupación que la aturdían y no era capaz de centrarse en ellos, por ese motivo necesitaba una aclaración lo más rápido posible.
Los padres de Ainasha estaban llorando desconsolados. Y el padre de Shieska se acercó a ella iniciando una explicación…
—Shabianna, la hermana de Ainasha ha desaparecido con el Sharker…
“¡Que dices! ¡No puede ser! ¿Estáis completamente seguros?” –preguntó Shieska muy angustiada e incrédula por lo que había sucedido.
  En medio de una gran tristeza los padres de Shabianna, Themila y Renhero, añadieron...
Tristemente ha sido así no existe ningún tipo de duda, puesto que hay testigos de su desaparición engullida por el Sharker.
¡Esto es increíble! –se quejó gravemente Shieska–. “¿Pero cómo ha podido suceder? Siempre le hemos dicho que se mantuviese lo más alejada posible.”      Themila, dirigió su mirada angustiada hacia Shieska. Vestía con un conjunto discreto de camisa y pantalón del mismo color crema. Es bajita y de complexión flaca. Debido al enorme sufrimiento, poseía una mirada triste y ojerosa. Entre sollozos y casi sin poder hablar le explicó…
—Según me he enterado por su amiga Loosh                –interrumpió su explicación mientras se sonaba la nariz–. Había hecho una amistad con un hombre. Perdóname, pero desconozco la identidad. Según me ha dicho su amiga se iba a encontrar en la zona de las montañas. Por ese motivo se arriesgó tanto en ir a ese lugar sabiendo que el Sharker atravesaría una zona muy cercana al lugar del encuentro.
“¿Dónde se encuentra Ainasha?” –preguntó Shieska muy intrigada por no haberla visto con su familia.
No lo sabemos… –intervino ahora Renhero muy afligido. El padre de Shabianna es muy alto y corpulento. Su cara es amplia y curtida, con unas cejas espesas y unas orejas largas. Vestía con un mono de trabajo de color blanco–. Lo último que nos dijo es que se iba a un lugar tranquilo para buscar a su hermana.
“Os pido tranquilidad a todos"” –afirmó pausadamente Shieska–. “Estoy segura de que la encontraremos sana y salva. No perdáis la ilusión. Os prometo que no cejaré hasta que la encuentre. Y ahora me vais a perdonar pero necesito hablar como sea con Ainasha. Es muy importante comenzar cuanto antes con su búsqueda.”
Shieska enseguida detectó donde se encontraba Ainasha. Poco después de despedirse de todos se dirigió a su lugar secreto en la montaña. Allí sabía que la podía encontrar. A la velocidad de la luz giró por varios túneles, llegó al interior de una gran caverna de unos cuatro pisos de altura y unos mil ochocientos metros cuadrados aproximadamente. Era un lugar hermoso, salpicado de estalactitas y estalagmitas por doquier, unas finísimas y otras que llegaban a tener hasta un grosor de medio metro. En el centro había un pequeño lago de agua dulce, de unos cien metros cuadrados abastecido por una catarata que se precipitaba en vertical desde unos veinte metros. El agua caía con tanta fuerza que provocaba un ruido ensordecedor. Estaba todo tal cual lo recordaba.
Cruzó el lago y al fondo atravesó fugaz una pequeña fisura en la pared, llegando por fin a otra cueva más pequeña; ésta tenía unos dos metros de altura y treinta y cinco metros cuadrados. Las paredes estaban cubiertas de estanterías llenas con libros y de muchos objetos pertenecientes del pasado de Nhartep. Ella no podía oler, Pero el ambiente húmedo se podría percibir con intensidad a un tipo de moho característico de la gruta.
En un rincón había un camastro donde encontró a Ainasha sumida en un estado de trance. Junto a ella, una hoguera con sus brasas medio apagadas. Recordó el olor a brasas que le acompañó tantos años cuando ella disfrutaba de esta gruta. Le traía tan bonitos recuerdos –recordó con nostalgia todo aquello–.
Shieska se sentó junto a su amiga e intentó contactar mentalmente con ella. Percibió su angustia y su desesperación. Estaba viajando con su Energía Consciente, intentaba seguir el rastro de su hermana pero le resultaba imposible. Por un instante las dos conectaron en otro plano etéreo…
“Ainasha, mi gran amiga, soy yo Shieska. Ceja en tu empeño de su búsqueda, así no la vas a encontrar.”
“¡Shieska, que alegría! ¿Pero qué haces aquí?”
“Regresemos a nuestros cuerpos y te explicaré.”
Y así fue después de la sorpresa y la alegría del encuentro, Ainasha y Shieska regresaron a sus respectivos cuerpos…
¡Hola Shieska, que gozo verte! ¡Y qué joven estás! –Ainasha realmente aparentaba diez años más mayor, eso volvió a sorprender y alertar a Shieska–. La última vez que me visitaste no tuvimos intimidad para charlar un poquito de nuestras cosas… ¡Ohh Shieska…!     –se derrumbó entre sollozos–. No la encuentro, no consigo detectar ningún rastro.
Ainasha era alta, y le gustaba vestir de verde al igual que el color de sus ojos. Su cara redonda y de rasgos suaves, en los cuales destacaba una mancha de nacimiento en su mejilla derecha en forma de haba. Le gusta hablar mucho y como goza de gran memoria, siempre saca a relucir las situaciones pasadas; ahora sí, nunca molesta a quien la escucha pues suelen ser buenos y hermosos recuerdos.
“Calma cariño. Sé que has hecho todo lo que has podido. Si el Sharker la ha enviado a otro plano de existencia, ya sea pasado o futuro, es muy complicado de rastrear. Tú sabes que yo he practicado muchísimas veces estos viajes tan peligrosos. No te preocupes, que yo la encontraré. Te lo prometo aunque me cueste la vida.”
¡Cuidado con lo que haces! ¡Tu vida es muy importante! No deberías arriesgarte tanto.
“Tranquila Ainasha, me conoces y sabes que soy muy prudente. ¿Me dijiste que te ibas a casar dentro de muy poco verdad?” –preguntó intentado cambiar el tema para tranquilizarla.
—Sí, estaba planificado para dentro de un mes. Pero en vista de lo sucedido no tenemos más remedio que retrasarlo.
“Lo comprendo. Pero dudo mucho que lo retrases más tiempo. Ya verás cómo será una ceremonia preciosa.”
—Seguro que sí. ¡Oh, Shieska! ¡Te hecho tanto de menos! Mi existencia sin ti no es lo mismo. Parece que me falta algo, es como si mi vida fuese incompleta. Siento un desasosiego muy grande en mi corazón.
“Es normal Ainasha, tú y yo estábamos muy unidas. Y por supuesto yo también te echo mucho de menos, no lo dudes en ningún momento.”
Y a vosotros ¿cómo os va en esa otra vida?
“Muy bien. La verdad que nuestra historia de amor está colmada de aventuras, tenemos pocos momentos de tranquilidad. Ahora tenemos una responsabilidad muy grande; imagínate, somos los que sembramos la semilla de este futuro ¿te lo puedes creer?”
¡Me parece algo increíble! ¿Eso es cierto, o estás bromeando conmigo?
“Sí Ainasha. Ya he comprendido por qué ha sucedido todo esto. El gran Rossthar nos ha encomendado una misión. Y aunque me pese y tenga que abandonar toda mi vida y sobre todo a mis seres queridos. Tenemos que realizar su gran proyecto.”
Lo que no puedo entender ¿cómo es posible que hayas vivido conmigo en el futuro y ahora estés viviendo en el pasado que forjará nuestro presente? ¿Es que acaso tu futuro conmigo y con tu familia dejará de existir?
—“Muy buena pregunta. Pero no sé la respuesta exacta amiga mía. Estoy intentando descubrirlo. Lo que estoy observando es que cada vez que vengo sois más viejos comparados conmigo. Lo que sí te puedo decir es que el tiempo tal como lo conocemos, no existe en el Universo. Quizás el futuro nos depare más sorpresas de lo que pienso y soy capaz de comprender. De momento vamos a centrarnos en tu hermana ¿de acuerdo?”
—Sí tienes razón. ¿Qué propones?
“Tu madre me ha comentado que ella había conocido a una persona y que se iba a encontrar por esta zona. ¿Sabes algo?”
Muy poco. Sé que conoció a alguien y que tenía relación con unos libros y una afición mutua pero nada más.
“Bien entonces debería hablar con la amiga de tu hermana…”

La conozco por su apodo, Loosh*.
“¿Loosh?” –preguntó intrigada.
—Sí, se lo pusieron con cariño por gustarle mucho las flores ¡Es verdad! ¿Cómo no se me había ocurrido antes? ¡Es posible que nos de alguna información importante!
“Si te parece déjamelo a mí, tú deberías estar con tu familia, pues están muy preocupados y necesitan de todo tu apoyo ¡Ah! Y por supuesto te recomiendo que contactes con tu futuro marido, ¿cómo se llama?”
Mhonts. Tienes razón. Están todos muy preocupados por mí, siento sus esencias que quieren contactar conmigo. Ahora mismo necesito a Mhonts a mi lado para abrazarlo. Shieska, siempre has tenido conmigo el mejor de los consejos y sabes lo que realmente necesito. ¿No sé cómo lo haces?
“Porque te quiero y además hemos convivido desde muy pequeñitas. Ahora si te parece me podrías dejar sola. Necesito pensar en soledad, ¿de acuerdo?”
Como quieras. ¡Adiós Shieska! –se despidió con una sonrisa forzada intentando disimular su preocupación.
“Adiós Ainasha. En cuanto tenga alguna novedad, tú serás la primera en saberlo.”
Muchas gracias –tocándose la mano en los labios y luego en la frente le regaló un beso.
Shieska se quedó contemplando su rincón secreto. Dio una ojeada a la estantería repleta con los libros que tantos buenos recuerdos y vivencias compartió. Algo le llamó la atención ¡en la estantería había un hueco vacío!
            No recordaba haberlo dejado así. Ahora se daba cuenta que estaba todo revuelto y fuera de lugar. Se sobrecogió ¡faltaban los pergaminos de toda la sabiduría de la humanidad! ella poseía la responsabilidad de salvaguardar todos los conocimientos adquiridos por todas las civilizaciones pasadas y futuras. ¿Habrá sido Ainasha? Ya lo averiguaría en otro momento. Ahora decidió regresar con Renstor. Llevaba demasiado tiempo fuera de su cuerpo y podría ser peligroso. Así que inició el viaje de regreso.

En la comunidad, Renstor durante el tiempo que estaba protegiendo a Shieska recibió una desagradable noticia: Elisabeth había sufrido hacía pocos instantes un accidente, le había caído un pesado tronco sobre su pie. Desgraciadamente el incidente sucedió al cortar un árbol para utilizarlo en la creación de un almacén para alimento de los animales. Al darse cuenta de que tenía que dejar a Shieska sola, decidió avisar a Rinha para que lo sucediese en esa labor. Para él Shieska era siempre lo primero. Pero como la gravedad de la situación apremiaba, mentalmente la llamó. A los pocos minutos Rinha hacía acto de presencia entrando por la puerta.
Rinha es de estatura bajita. De tez morena, sus rasgos dulces, su nariz es respingona, de labios carnosos y con unos ojos azules preciosos. Lo que más llama la atención es su voz, tan suave y melódica que embelesa a quien la escucha. Es alegre, trabajadora. Y su peor defecto es que es un poco desordenada.
Hola Renstor ¡Qué desgracia lo de la chica, ha tenido que sentir mucho dolor!
¿Quién se encuentra con ella?
Ahora mismo hay varios hombres intentando ayudarla, pero por lo visto el tronco es demasiado pesado y necesitan de tu ayuda. Puedes irte tranquilo, ya me quedo yo ¿Está haciendo un viaje de expedición, verdad?
No   –carraspeó–, está visitando a su familia.
—¿Pero estos viajes no son peligrosos?
Ella sabe lo que hace. Yo confío plenamente. Sé de tu preocupación y te lo agradezco. La conoces y sabes que no haría nada descabellado. Muchas gracias. Shinaap Rinha –se despidió preocupado.
—Shinaap Renstor. Y puedes ir tranquilo, de aquí no me moveré hasta que regrese mi amiga.
 Renstor tiró de las riendas para que el caballo cabalgase lo más rápido posible. De camino se concentró mentalmente en Shieska. No logró ningún tipo de respuesta ni de contacto. En lo más profundo de su alma rogaba porque no le sucediese nada malo. Así mismo se decía...
“Debo de confiar en ella. Sabe cuidarse de sí misma y seguro que se encontrará bien.”
Renstor al llegar al lugar de destino, dejó a su caballo para que se dedicase a mordisquear la hierba y se apresuró a reunirse al grupo que rodeaba a Elisabeth. El tronco que aprisionaba la pierna era muy pesado y necesitaba de la fuerza de varios hombres al mismo tiempo.  A los chicos que querían ver lo que pasaba les ordenaron que se alejasen de allí, pues lo único que hacían es molestar. Susan de 13 años y Billy de 12 indignados y murmurando por lo bajo, se alejaron del lugar acercándose al caballo. Era un animal que a los chicos les encantaba y se dedicaron a acariciarlo.
Rinho, el caballo de Renstor impresionaba por su hermosura y majestuosidad. De color azabache con una mancha blanca que le recorría desde las orejas hasta el hocico, en esa misma mancha blanca, posee seis pequeños cuernos, indicando que es un gran macho. Su pelaje brillaba a la luz del astro sol. Susan lo acarició suavemente y Rinho respondió agitando su hocico y pataleando suavemente con su pata derecha muy complacido por ello.
Entre todos levantaron el tronco y se alegraron al ver que la pierna estaba en mejor estado de lo que habían pensado. Elisabeth había tenido mucha suerte puesto que el extremo del tronco había caído sobre una gran piedra semienterrada, gracias a ello no había terminado de aprisionarla del todo. Si no hubiese sido por la piedra, se podría decir que la pierna la hubiese perdido totalmente.
¡Menos mal! –se dirigió Renstor a Elisabeth–. Solo tienes la pierna con un ligero traumatismo, parece ser que te ha producido una magulladura y un pequeño esguince. Ahora lo que necesitas es descansar. Te llevarán a tu hogar y con un poco de cuidados te pondrás bien en seguida.
Muchas gracias a todos –agradeció–. Me habéis tratado con mucho cuidado. Y a ti Renstor te pido disculpas puesto que no sé si estaré recuperada para iniciar la expedición.
Eso es lo de menos. Tú intenta recuperarte, ¿vale?
Elisabeth asintió con una sonrisa.
Renstor, notó la presencia de Shieska, dándole un vuelco el corazón…
¡Hola Renstor! –apareció en escena Shieska sorprendiéndolo gratamente–. Rinha me lo ha explicado todo. Menos mal que no ha sido nada grave. Luego pasaré y te practicaré unas curas que te vendrán muy bien –le dijo a Elisabeth. Después se acercó a Renstor y con un gesto más serio de lo normal, le propinó un cariñoso beso en la boca.
¡Qué alegría verte! –exclamó Renstor sumamente contento pero al mismo tiempo extrañado por la cara de circunstancias que tenía Shieska–. Estaba muy preocupado por ti.
—Sabes perfectamente que sé cuidarme de mí misma. Pero comprendo tu intranquilidad. Sé que has estado muy intranquilo por mí.
¿Te ha ido bien con tu familia? ¿Te noto muy seria?
Los he visto, sí. Y el que me hayas notado seria, tiene un motivo y es grave.
Necesito lavarme en el arroyo. Si te parece de camino me lo explicas, ¿te parece?
Mientras caminaban al arroyo cercano a un punto donde las aguas se encontraban más tranquilas y de baja profundidad. El aire se levantó moviendo al unísono las ramas de los árboles, Se podía escuchar el sonido de sus hojas al compás. En ese instante, Shieska comenzaba su explicación…
He visto a mi familia y a la de Ainasha... –su voz se entrecortó y los ojos se humedecieron–,...me han dado una terrible noticia –humedeció sus labios consternada–. El Sharker se ha llevado a Shabianna, la hermana pequeña de Ainasha, ¿recuerdas quién es Ainasha?
Creo que sí. ¿No es tu mejor amiga de Monthar?
—Sí. Y casualmente con su hermana pequeña tenía mucha afinidad. Es una chica tres años más joven pero increíblemente madura e inteligente. Posee una vitalidad y una alegría que contagia a quien se encuentre a su lado. Me comentaba muy a menudo que le gustaría mucho ser como yo ¡Es una desgracia!
—¿No es muy raro que el Sharker pase varias veces por tu pueblo? Son demasiadas casualidades, ¿no crees? Según me habías explicado en alguna ocasión, el Sharker se va desplazando por todo el planeta y para que coincida en una misma zona es prácticamente imposible. Y sin embargo me llevó a ti y ahora se ha llevado a tu amiga.
No Renstor. El espacio –tiempo es más complicado de lo que crees. Nuestro viaje al pasado, aunque nos parezca que ha sucedido en un corto espacio de tiempo, allí en el futuro han pasado muchos años. De hecho he encontrado a mis seres queridos tremendamente envejecidos. Lo que he llegado a saber en mis experiencias es que los viajes por el tiempo deben de ser lo menos impactantes posibles.
—¿Qué quieres decir?
Que no debes de variar nada, ni mucho menos inmiscuirte en el lugar a donde hayas viajado, pues el futuro variará. Y no sé hasta qué punto puede afectar, el que yo me meta en los problemas que están sucediendo, si en positivo o en negativo.
—¿Has pensado que nosotros nos estamos inmiscuyendo y afectando el tiempo al que hemos sido trasladados?
—Sí claro que lo he pensado y lo estoy estudiando y analizando. Ahora no es el momento de hablar de este tema. Tengo algo más importante que solucionar.
Tienes razón. ¿Se sabe a dónde la ha llevado el Sharker?
No –respondió tristemente–. Por desgracia la ha llevado a otra dimensión. No sabemos si está viva o a… muerto.
—Seamos positivos Shieska, como tú muchas veces me dices. Confiemos en que ella haya sobrevivido y se encuentre bien en algún lugar.
—¡Y si se encuentra sola! ¡Sin nadie que la ayude! ¡Tenemos que buscarla! –suplicó con gesto triste. Su mirada se centró en los ojos de Renstor. Al mismo tiempo una lágrima resbalaba por su mejilla.
—¿Buscarla? Cariño, ¿sabes lo que estás diciendo? –interrogó con prudencia, intentando no herirla en sus sentimientos–. Puede estar en cualquier parte del universo o plano de dimensión. Y si está…
—¡No! Presiento que está viva, sé que no se ha desintegrado ni ha ido a parar a algún planeta inhabitable. Tenemos que intentarlo ¡No nos podemos quedar sin hacer nada!
Está bien, está bien. Me has convencido. De todos modos sé que ibas a hacer al final lo que tú deseas. Cuando quieras iniciamos el viaje –afirmó mientras la sujetaba suavemente por los hombros. Ella se quedó pensativa durante unos segundos para responder…
Lo siento Renstor. Es importante que vaya yo sola –sentenció de forma tajante.
—¿Tú sola? Ni hablar. Iremos los dos juntos              –contestó cortante y ligeramente molesto.
Renstor cariño, Puede ser peligroso…
Por ese motivo no te quiero dejar sola                  –interrumpió acalorado.
Tú no tienes suficiente experiencia en viajes entre diferentes planos de existencia o interplanetarios.
Es cierto. Pero estaremos juntos y tú me ayudarás.
No puede ser Renstor, interferirías con tu propia energía la búsqueda. Yo no podría estar lo suficientemente concentrada al estar pendiente en protegerte. Además, ¿recuerdas que teníamos previsto un viaje para entablar contacto con otra comunidad?
Tienes razón, lo había olvidado ¡los supervivientes del Suroeste!
Es algo muy importante y no lo podemos demorar. Recuerda que en el último contacto que tuve con ellos, tenían un grave problema con algún tipo de animal que había despedazado a dos personas. Esperan nuestra ayuda y tú lo sabes.
Renstor se quedó unos momentos en silencio, meneaba su cabeza de un lado a otro levemente. No estaba muy convencido de las explicaciones de Shieska. Ella telepáticamente sabía lo que estaba pensando Renstor y cuál era su preocupación.
De verdad no tienes que preocuparte por mí. Sabes perfectamente que tomo muchas precauciones y medito mucho mis acciones. Y si veo que puedo topar con algún tipo de problema regreso enseguida. Recuerda que astralmente te puedes mover a velocidades más allá de la luz, ya sea entrar o salir de algún lugar en concreto. Por ese motivo podemos viajar al pasado y al futuro. ¡Venga cariño! –mientras le daba un beso en la boca–. ¡Confía en mí!
Está bien –contestó a regañadientes–. Siempre haces lo que quieres –afirmó sonriente–. Pero recuerda, tienes que estar en contacto conmigo, ¿de acuerdo?
—¡Hecho! Pero también tienes que saber que yo estaré más preocupada por ti. Vas a hacer un viaje a un lugar desconocido, con personas que no conocemos físicamente y encima existe una bestia que devora seres humanos.
Tienes razón Shieska. Los dos nos preocuparemos de mantenernos a salvo y no meternos en problemas. Shieska…
—¿Qué sucede Renstor? –percibiendo que se encontraba un poco triste.
Es todo tan complicado, tantos problemas en esta existencia, tanta responsabilidad por nuestra parte ¿Tú crees que conseguiremos nuestro objetivo? ¿Crear el primer peldaño del futuro de Nhartep?
—¡Claro que sí Renstor! –mientras acariciaba sus mejillas–. El futuro lo conocemos, ¡y es maravilloso! Nosotros tenemos que estar orgullosos de formar parte de los primeros cimientos que crearán una nueva civilización. Con un salto evolutivo jamás visto en este planeta. Sé que tenemos que ser conscientes y no ignorar que será muy difícil, y que nos encontraremos con muchísimos problemas y dificultades. Renstor, tenemos que quedarnos con lo más importante: que con nuestra sabiduría, poco a poco iremos inculcando una nueva conciencia y nuevos hábitos a esta sociedad que ha sobrevivido con un destino predeterminado, sin embargo y paralelamente a ese destino, con diferentes caminos que tomar. Nosotros seremos los guías que les mostraremos ese camino. ¿Estás dispuesto a ayudarme?
—¡Por supuesto! ¡Acaso lo dudas! Te apoyaré en lo bueno y en lo malo hasta que el destino o un Sharker decidan separarnos –recitó como si estuviera interpretando una secuencia de una película.
—¡Tú siempre con tus bromas! ¡Me encanta tu sentido del humor! Es por eso y por otras facetas tuyas que me enamoré de ti –mientras se lo decía le daba un beso con pasión en la boca–. Ahora deberíamos solucionar los problemas. Y de momento nos prepararemos e informaremos a nuestros amigos de nuestros planes. A Rinha se lo he explicado pero no sabe realmente lo que vamos a hacer.
Lo entenderán y nos querrán ayudar, ya verás.
No lo dudo. Te quiero mucho Renstor, parece que te haya querido toda la vida.
Por lo menos en dos vidas separadas temporalmente –sonrió para luego añadir con seriedad–. Yo también te quiero. Pero escucha lo que te voy a decir: Nos amamos en el futuro, nos amamos en el pasado. ¿Qué amor puede aguantar toda esta experiencia?
Tienes toda la razón Renstor.
Shieska se quedó pensando unos segundos. Pues un pensamiento amargo le vino fugaz a su mente. El viaje por dimensiones desconocidas podría ser muy peligroso. Quizás nunca más se podrían volver a ver. Así que se le ocurrió sugerir algo…
Podríamos hacer algo especial antes de iniciar nuestros planes. ¿Qué te parece?
Por mí perfecto –después de pensar durante unos segundos–. Si te parece, nada más comer, podríamos coger los caballos e irnos a un lugar que…, mejor              –cambiando de idea–, será una sorpresa, ¿de acuerdo?
Lo que tú quieras cariño –sonrió disimuladamente puesto que ya sabía sus intenciones.
Y así fue después de comer todos juntos en comunidad, un sabroso guiso de carne de ave, Shieska y Renstor cogieron sus caballos y salieron al galope…
Espolearon sus caballos a través del bosque alanceado por los rayos del sol. Se encontraron con una llanura llena de arbustos retorcidos cuyos frutos, opulentos, brillaban con un azul púrpura. Había tantos y de tan especiales frutas y bayas dando ganas de cogerlas y darles un sabroso mordisco. Aminoraron la marcha y llegaron finalmente a los acantilados y el mar. En silencio y con una sonrisa brotando de sus labios contemplaron el magnífico espectáculo. Las aguas resplandecían y besaban lánguidamente las blancas playas bajo los acantilados. En silencio, los amantes guiaron sus monturas por senderos empinados hasta la orilla. Allí desmontaron y echaron a andar por la arena. Las aves marinas trazaban círculos en el aire diáfano y sus graznidos lejanos acompañados del rumor del mar, sólo hacían que destacara más la sensación de paz que ahora gozaban Shieska y Renstor. Encontraron una gruta seca, de mediano tamaño, que recogía el murmullo del mar y lo repetía en un eco susurrante. Renstor después de extender una estera de color marrón oscuro en la blanda arena, se quedaron de pie los dos, mirándose a los ojos, colocaron las palmas de sus manos una frente a la otra y se dieron un beso muy suave y tierno al mismo tiempo que cerraban los ojos. Se despojaron de sus ropas lentamente. Ya desnudos se acariciaron con sus manos mutuamente sin dejar ningún rincón de piel por explorar. Lo hacían sin prisa, como si el tiempo no existiese y se hubiese detenido para ellos. Hicieron el amor con pasión y ternura en la penumbra de la cueva. Después permanecieron abrazados en silencio mientras el día cobraba calor y el viento cedía. Por último fueron a darse un baño y llenaron el cielo vacío con sus risas.
Ya estaban secos cuando, mientras se vestían, advirtieron que el horizonte se oscurecía, avecinaba lluvia.
Que rápido cambia el tiempo –intervino Shieska apenada–. ¡Vamos a mojarnos antes de llegar a la comunidad! Por mucha prisa que nos demos, la tormenta nos alcanzará.
Quizá podríamos quedarnos en la cueva hasta que pase –sugirió el, acercándose hasta apretar su cuerpo contra el de ella.
—Sabes que yo también lo deseo profundamente, pero será mejor que nos marchemos –respondió Shieska–. Debemos regresar pronto, pues nuestros planes apremian.
Un fuerte aire repentino les abatió por sorpresa…
Tienes razón –dijo con pesar–. Vayamos a por los caballos.
Cuando llegaron a las monturas, el cielo era gris sobre sus cabezas y no muy lejos, hacia el este, estaba lleno de revueltas nubes negras. Escucharon el rumor de un trueno y el estampido de un relámpago. El mar se agitaba como contagiado por la histeria de la atmósfera, rompiendo en los acantilados con un poder abrumador. Los caballos pateaban la arena, ansiosos por regresar. Cuando se encontraban muy cerca de llegar, grandes gotas de lluvia empezaron a caer sobre sus cabezas y empapar sus ropas. Galopaban envueltos en el destello de los relámpagos y el rugir de los truenos.
Regresaron a la comunidad y se dispusieron a poner en marcha sus planes. La nube sombría todavía pululaban por el cielo y tan solo caían gotas muy finas balanceadas por el viento que ahora era más flojo. Por lo visto la tormenta era una gran nube solitaria y que no iba a traer más lluvia ni más tormenta al territorio. Mientras Shieska solicitaba la ayuda de su amiga Samanta para realizar su viaje, Renstor en el interior del tharim de Yousho comentaban los detalles de la planificación para la expedición que debía contactar con la comunidad Hope
Yousho –explicaba Renstor–, tenía pensado comentarte el posible grupo elegido para la expedición antes del desgraciado accidente del árbol con Elisabeth. Según lo que nos dice ella, ya está bien y se encuentra recuperada. Yo había seleccionado, siempre que te parezca a ti bien, claro. A Elisabeth, Carlos Alberto, aunque yo prefiero llamarlo con el mote que le han puesto hace unos meses, Casanova y por último con Enrique José, que también podríamos llamarlo con su mote, Latino.
Yo también prefiero llamarlos con sus motes      –interrumpió Yousho muy sonriente mientras su perrito Choni le lamía con cariño su cara–, ¡estos latinos y sus nombres compuestos e interminables! ¡Quieres parar ya Choni!   –Choni es un perrito pequeño de unos tres kilos de peso. Su raza pertenece a un Fox Terrier Toy. De origen americano. Su hocico es fino y alargado con unas orejeas largas y que las suele llevar siempre erguidas. Su color de pelo es blanco solo con tres manchas negras, una en la parte trasera, otra en su lomo y otra en su frente. Le daba un toque muy gracioso–. Me imagino que cerramos el grupo tú y yo, ¿no es así? 
Exactamente. ¿Te parece bien? –ahora Choni se abalanzaba sobre Renstor con sus patitas sobre sus piernas–. ¡Hay que ver lo cariñoso que es tu perrito!
Es un tesorito. Yo no podría estar sin Rinha y sin él –desde que salvó al perrito del Sharker, Choni se encariñó con él eligiéndolo como su mejor amigo. Por ese motivo no lo dejaba en ningún momento–. Y sobre lo que me has dicho, por mí perfecto y los demás que se queden a cargo del campamento.
Yousho es un hombre alto y robusto, su cara y piel poseían un color moreno muy llamativo, de rasgos duros, con una cicatriz por su lado derecho, sus ojos de un oscuro; viste con un pantalón corto marrón pálido y una camisa granate, la cual se ciñe a sus pectorales destacando unos impresionantes músculos.
Yo había pensado en iniciar la salida pasado mañana ¿qué te parece? –preguntó Renstor mientras se rascaba la nuca. Un insecto molesto no cesaba de pulular por su cabeza.
Me parece bien. Necesitaba ya un poco de aventura y aires nuevos.

A unos cuantos metros de allí, Elisabeth le estaba comentando a Presu…
—¡Estoy muy emocionada! ¡Me han elegido a mí en la expedición! –Elisabeth es de mediana estatura, 40 años, de constitución fuerte, de piel morena. Sus rasgos faciales están marcados por una prominente mandíbula inferior. Posee unos ojos rasgados y pequeños de color verde claro. No destaca por una gran belleza.
—¡Y tú estás contenta por eso! ¿Tú eres consciente de lo mal que lo vas a pasar?
—¿Qué quieres decir? –preguntó un poco aturdida y sorprendida.
Pues que hay que caminar cientos de kilómetros, si no se llega a los mil kilómetros sería de milagro. Por no decir de los peligros de los animales salvajes que no conocemos. ¿Tú no tienes un pie dañado por el accidente?
Ya me encuentro mucho mejor. Yo diría que está bien.
—¿Y si todavía no lo has recuperado? ¿Y si a los pocos kilómetros te da molestias?
Elisabeth se quedó pensativa. No había pensado el punto de vista que le había dado Presu…
Creo que tienes razón. Igual no debería de ir. Podría dar problemas a la expedición y hacerles retrasar el viaje, o lo que es peor, volver.
Yo había pensado…, que si quieres, me puedo sacrificar por ti y podría ir en tu lugar.
—¿Harías eso por mí?
Por supuesto, eres mi amiga ¿no es así?
Entonces le voy a decir a Yousho y Renstor que tú irás en mi lugar.
—¡Fenomenal! –se alegró dando una palmada. Dándose cuenta de que estaba demostrando demasiada emoción, se controló por no mostrarse tan contenta–. Quédate tranquila, has hecho lo correcto.
Presu estaba satisfecha. El arte femenino de la manipulación le había salido perfecto. Su objetivo de estar en la expedición y estar cerca de Renstor había sido un éxito. ¡Y encima no iría la perfecta y prepotente de Shieska! –pensaba mientras intercambiaba pensamientos entre la ira y la satisfacción.



*    Netquin: bolsa de piel de uso exclusivo para el agua de beber.
*          Línea temporal: significa el futuro en su tiempo y en su mundo.

*             Beneri: equivale a cinco años.
*             Astral: ¿Qué es un viaje astral? En teoría, es la separación del cuerpo físico y del cuerpo espiritual o astral unido los dos por un cordón denominado de plata. Cuando este cordón se rompe es cuando la muerte los ha separado. Los expertos dicen que normalmente muchas personas viajan inconscientemente cuando duermen.
*          Araham: pan de harina de trigo.
*          *Amtreka: El lugar donde se reúne la familia y los posibles visitantes cuando quieren dialogar sobre algún tema importante. Este espacio dispone de una mesa de madera redonda y unos bancos también de madera, con respaldo a su alrededor, donde se pueden sentar ampliamente de doce y quince personas.
*          **Tharims: Habitaciones.
*          ***Criipshees: Combinado de verduras y patatas.
*             chíris: Estos hongos que se alimentan del cabello humano lo devoran desde la raíz a la punta sin dejar rastro, se quedan como parásitos en la vulva, de esta manera según nace el cabello lo van devorando.
*             Loosh: Florecita.

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